Por Inés Calderón
Perú, uno de los 13 países participantes en la reciente encuesta realizada por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) con motivo de la Consulta Regional para América Latina y el Caribe, camino a la Cumbre Mundial Humanitaria de 2016, es uno de los países de la región altamente vulnerable a desastres naturales como terremotos, inundaciones y sequías.
La encuesta, coordinada con la ONG World Vision, se centró en personas desplazadas, residentes y retornantes de 634 comunidades en 13 países de América Latina y el Caribe con el objetivo de mejorar la respuesta humanitaria de organizaciones internacionales sin fines de lucro, a través de una amplia recolección de información necesaria, y así identificar las principales fortalezas y debilidades.
Una localidad de Perú, que se enfrenta a un alto riesgo de emergencias y desastres naturales es Punchana, distrito de la región de Loreto, ubicada en la Amazonía, en el oriente del país. El distrito, tiene un clima tropical, donde llueve la mayor parte del año y se pueden producir inundaciones.
La mayoría de sus 78.446 habitantes viven en extrema pobreza, enfrentan un alto índice de desnutrición y bajo nivel educativo. Aunque el 90% de la población de Punchana vive en zonas urbanas, el 57% carece de agua potable; el 55% no puede acceder a servicios higiénicos; alrededor del 26% de sus pobladores no tienen electricidad y el 50% usa leña y carbón para cocinar.
Rosa es una pobladora de Punchana que recibió material para reparar su vivienda, proporcionado por la OIM, en virtud a un programa de apoyo a comunidades vulnerables con el fin de aumentar su resiliencia.
“Ahora estoy levantando el piso de mi casa con la madera que recibimos de la OIM. Este apoyo es necesario”, dice Rosa.
“La lluvia tan fuerte, inundaba mi casa todos los años. Así que decidí levantar el piso para evitar que el agua entre”, cuenta.
“Sin embargo, si la inundación fuera tan fuerte como en 2012, no importaría cuanto levantemos el piso, el agua cubriría hasta los puentes, y no tendría más alternativa que irme”.
El invierno en la región llega en noviembre y termina en mayo, y entre marzo y abril el clima es más húmedo. “Como el invierno dura tres meses, la madera se malogra. Los pisos de mi casa se malogran y tengo que cambiarlos cada año”, agrega.
Las inundaciones a las que se refiere a Rosa ocurrieron entre febrero y marzo de 2012, cuando varias localidades de Loreto fueron muy afectadas, dejando 19.200 viviendas dañadas, con cerca de 18.400 familias afectadas y 26.000 hectáreas de tierras de cultivo inundadas. Los niveles del agua alcanzaron calles costeras de la ciudad de Iquitos.
En la encuesta más del 70% de los entrevistados indicó que sus comunidades no están preparadas para hacer frente a una emergencia y Punchana no es la excepción.
Aunque Rosa refiere que su comunidad está mejor preparada y organizada ante una emergencia o desastre, indica que no existe un sistema de alerta temprana en el lugar.
“Si ocurriera un desastre, tendría que buscar otro lugar donde vivir”.
"La comunidad debe participar en los programas y contar con el compromiso de las autoridades locales, de prepararnos ante un desastre. También, los pobladores, debemos participar en actividades para disminuir los riesgos y animar a los jóvenes y a los adultos mayores a participar ", dice Rosa.
La OIM y otras agencias han venido trabajando con las comunidades para mejorar su resiliencia y reducir el impacto de los desastres naturales en poblaciones vulnerables en áreas como la región de Loreto en Perú.
En anteriores emergencias la OIM desempeñó un papel importante ayudando con insumos de primera necesidad a familias desplazadas y facilitando el retorno de pobladores a sus comunidades de origen.