La realidad de los migrantes retornados y sus necesidades de salud según su género

Cuando tenía 16 años y tras la muerte de su padre y la condición precaria de salud de su madre, Fuad se fue de Etiopía rumbo a Djibouti en donde trabajó limpiando coches y zapatos. Foto: OIM/Beyond Borders Media 2022

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  • El Centro de Gestión del Conocimiento de la UE y la OIM y por Samuel Hall

Comprensión de las necesidades interseccionales posteriores al retorno y los resultados de salud de las mujeres y personas retornadas con Orientación Sexual, Identidad de Género, Expresión de Género y Características Sexuales Diversas (SOGIESC)

 

Ginebra – La salud es un derecho humano fundamental reconocido a todas las personas y si se tiene acceso al mismo con los mayores estándares de calidad eso garantiza que se pueda tener una vida digna. El acceso a cuidados integrales es esencial para tener buena salud. Sin embargo, los trabajos que suelen hacerse para concretar eso a menudo excluyen a grupos vulnerables como las personas migrantes y las retornadas. De acuerdo con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), un 58% de los migrantes en situación de vulnerabilidad asistidos para el retorno en 2021 enfrentaban desafíos relacionados a su salud.

Las soluciones en materia de salud que no conectan con la migración tienen un efecto dañoso no solamente sobre la salud de las personas que están en movimiento sino también sobre la de las comunidades con las cuales esas personas interactúan a través de sus viajes migratorios. No habrá "salud pública si los migrantes no tienen salud.

Para poder brindar respuestas adecuadas, es esencial una comprensión detallada de la relación entre salud y migración. Esta comprensión debe incluir a las poblaciones de personas retornadas. Un estudio llevado a cabo por la OIM en asociación con Samuel Hall y el Centro de África para la Migración y la Sociedad de la Universidad de Witwatersrand en la República de Sudáfrica ha explorado los vínculos entre las necesidades en materia de salud, el acceso a cuidados de salud y la reintegración sostenible de las personas retornadas. Las conclusiones muestran que la salud y la reintegración se impactan mutuamente con el tiempo – y que sus repercusiones negativas son sentidas más por algunas personas que por otras.

El estudio, financiado por la Unión Europea, adoptó un enfoque de curso de vida y siguió otro de métodos mixtos, llevando a cabo trabajos de campo en Brasil, Etiopía, Gambia, Pakistán y Senegal.

 

La mayor parte de los retornados regresa con problemas de salud que antes no tenían

Los migrantes a menudo retornan con problemas de salud adquiridos durante sus travesías migratorias. Esto significa que ellos, y los sistemas de salud a los cuales retornan, a menudo no están suficientemente equipados como para poder ocuparse de esos problemas de salud. Esto se ve especialmente en el caso de las retornadas y los retornados que han pasado al menos seis meses en el exterior. Las personas retornadas a menudo hacían referencia a la demora en la respuesta a sus necesidades de salud cuando regresaban y eran testigos de cómo su condición de salud iba deteriorándose como una pérdida irreversible.

Esto se debe en gran medida a la exposición de los migrantes a entornos perjudiciales durante su migración, con efectos acumulativos tanto sobre su salud física como sobre su salud mental. Se pudo observar asimismo que los cambios en el estado de salud de las personas retornadas en el ciclo de la migración son influenciados por varios factores estructurales y medio ambientales. Es común advertir problemas de salud física al regreso a sus países de origen, como el dolor crónico originado en la violencia padecida durante los viajes o afecciones respiratorias por condiciones climáticas extremas.

Asimismo, nuestro estudio mostró que hay varias razones que contribuyen con la inaccesibilidad de los servicios para el cuidado de la salud, como por ejemplo la falta de especialistas en la zona local, la no cobertura de servicios en el marco del sistema de salud pública, tiempos de espera prolongados, o tratamientos demorados debido a los altos costos de salud además de darle prioridad a los miembros heterosexuales de sexo masculino de la sociedad, calidad más deficiente de los cuidados y poca o nula disponibilidad de medicación.

Las personas retornadas enfrentan también otras barreras para el acceso a los cuidados de la salud, además de las que normalmente debe enfrentar la población general.

Las personas retornadas han informado que se les ha denegado los cuidados con más frecuencia después de haber retornado, en comparación con la etapa anterior a la migración. De cara a las necesidades no cubiertas en materia de salud, las personas retornadas informaron haber tenido que recurrir a una serie de estrategias de adaptación. El pobre acceso a determinantes sociales positivos de la salud, incluyendo una vivienda digna, nutrición y protección legal adecuadas, fue también mencionado como de impacto negativo sobre la salud de las personas retornadas.

Algunas de las barreras que las personas retornadas deben enfrentar es la denegación de los cuidados cuando la condición de salud ocurrió estando en el exterior; la discriminación cuando son víctimas de trata; percepciones erradas en relación a enfermedades de transmisión sexual; dificultades financieras para acceder a servicios de salud; falta de información y de documentación para acceder a los cuidados; y por último barreras idiomáticas.

Estas barreras llevan a que las necesidades de salud de las personas retornadas no sean atendidas, lo cual interrumpe la continuidad de los cuidados esenciales para la preservación de su salud física y mental y conduce a su potencial estigmatización.

Para apoyar a su familia, Ifrah viajó al exterior y siguió enviando remesas sin posibilidad alguna de ahorrar dinero para el futuro. Debido a varios desafíos y dificultades de salud mental, decidió retornar a Etiopía – con las manos vacías y sin el tiempo necesario de prepararse para el retorno. Foto: OIM

Luchar contra la estigmatización y la triple vulnerabilidad  

Las mujeres y las personas con SOGIESC diversificado pueden tener que enfrentar mayores desafíos para acceder a los servicios de cuidados de la salud si las comparamos con los hombres que retornan, debido a la estigmatización triple basada en la identidad, el género y la migración.

En algunas sociedades, correr riesgos es mucho más aceptado en el caso de los hombres, pero no ocurre lo mismo con las mujeres; por ende, las mujeres que decidieron migrar van a enfrentar mayor estigmatización y presión social cuando regresen en comparación con los varones.

Por ejemplo en Gambia, la comprensión tradicional de dinámicas vinculadas al género hace que las mujeres sean reacias a acceder a los servicios de salud, incluyendo el apoyo psicológico de proveedores de cuidados de salud del sexo opuesto.

Además las mujeres y las jóvenes son por lo común etiquetadas como acompañantes de los miembros de la familia, lo cual restringe su acceso a cuidados de la salud en una sociedad estigmatizante. Las mujeres retornadas enfrentan más dificultades para acceder a cuidados de la salud que los hombres en sus países de origen (pre-migración y post-retorno), excepto en las sociedades patriarcales en donde van con su padre o su esposo. A menudo dependen financieramente de sus maridos o familiares, lo cual no cambia durante el viaje migratorio. Esto hace que las mujeres sean más vulnerables que los hombres a los efectos negativos de una frágil salud y de una pobre reintegración.

El estudio informó que en Brasil hay riesgos de salud adicionales que las personas retornadas del grupo SOGIESC deben enfrentar, pues su migración a menudo está relacionada al trabajo sexual, llevando a un mayor riesgo de contraer infecciones de transmisión sexual. Si bien se han alcanzado un buen nivel de progreso en lo relativo al mejoramiento del acceso a la salud sexual y reproductiva para mujeres, jóvenes y personas con SOGIESC diversificado, se necesitan esfuerzos aún mayores para incluir a los y las migrantes.

¿Cómo podemos avanzar? 

En nuestro estudio, todas las personas retornadas debían enfrentar necesidades de salud que no eran debidamente abordadas. Pero no hay que olvidar que la experiencia de cada persona retornada es diferente y por ende es aconsejable aplicar un enfoque inter seccional y sensible al género. Hay una necesidad urgente de comprender las necesidades específicas de las mujeres y de las personas con SOGIESC diversificado sobre la base de sus singulares viajes migratorios. Para lograr esto, es posible que una evaluación previa al retorno y otra posterior al mismo sirva para identificar las necesidades de salud existentes.

Esto ayuda a desarrollar un continuo de cuidado a lo largo del ciclo migratorio. Considerando las implicancias del modo en que el género y la identidad juegan un gran papel en cuanto a determinar el acceso igualitario a los cuidados de la salud, es importante desarrollar un plan individual de cuidados para los migrantes. Por ejemplo, un testeo oportuno y el intercambio de información debería considerar las diferencias idiomáticas y los nombres para las medicaciones y los procedimientos.

Los controles de salud mental al momento del retorno, facilitados por una persona debidamente capacitada del mismo género, son también esenciales para brindar apoyo psicosocial a las personas retornadas, sobre todo a las mujeres que posiblemente sean las que deben soportar la carga de trabajos de cuidados no remunerados en sus familias.

Fortalecer el apoyo en el seguimiento de las personas retornadas que tienen necesidades de salud a largo plazo ayudaría a crear resultados sostenibles de salud y procesos de reintegración más sólidos dentro del ciclo migratorio. Es necesario asimismo alinear los programas de salud y reintegración. Esto podría hacerse combinando fondos para el desarrollo que apoyan al sistema público de salud y la reintegración.

Finalmente, el conocimiento que se les transmite a los migrantes debería estar incluido en las políticas sobre sistemas de salud, tanto a nivel nacional como regional e internacional. Esto demandará adicionalmente un estudio longitudinal con una mirada profunda del modo en que la salud y los resultados de reintegración de las personas retornadas siguen interactuando para manifestar sus deterioros o mejorías en el tiempo.

SDG 3 - SALUD Y BIENESTAR
SDG 5 - IGUALDAD DE GÉNERO
SDG 10 - REDUCCIÓN DE LAS DESIGUALDADES