Migración y diversidad en Sudamérica: un camino de obstáculos

Las personas LGBTIQ+ experimentan retos particulares asociados con la discriminación y el estigma cuando migran. Foto: OIM/Ramiro Aguilar

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Por:
  • Claribel Rosa | Asistente de los RTS
  • Agueda Marín | Especialista regional sénior en asistencia a migrantes en la Oficina Regional para América del Sur

Las personas migrantes y refugiadas en Sudamérica que tienen orientación sexual, identidad de género y/o expresión de género, y características sexuales diversas (SOGIESC por sus siglas en inglés) suelen enfrentar una serie de dificultades diferenciadas en sus procesos migratorios que les colocan en una situación de mayor vulnerabilidad respecto al resto de la población en situación de movilidad humana.  

En la región, en los últimos tres años, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) ha realizado diversos estudios diagnósticos, donde a través de una serie de entrevistas y encuestas, ha analizado cómo se lleva a cabo el proceso migratorio de las personas en que pertenecen a la comunidad LGBTIQ+ y en qué se diferencia de los procesos migratorios del resto de la población.   

En el año 2020, la oficina nacional de OIM Perú elaboró el Diagnóstico situacional sobre la población venezolana LGBTIQ+ en Perú. Ecuador hizo lo propio, también en el año 2020, a través del Diagnóstico de Situación, perfiles, necesidades y capacidades de población LGTBIQ+ de población de Venezuela y en el 2021 OIM Colombia realizó el Diagnostico Situacional del proceso de tránsito migratorio e integración social de personas venezolanas LGBTIQ+ en 5 localidades colombianas.  

Los hallazgos encontrados en los tres estudios permiten identificar espacios y situaciones donde suelen producirse vulneraciones de derechos humanos y limitaciones a la igualdad de oportunidades en ámbitos institucionales, laborales y comunitarios para las personas migrantes por motivos de su orientación sexual, identidad y expresión de género, sabiendo que muchas de las personas de la comunidad LGBTIQ+ que migran, lo hacen precisamente para escapar de situaciones de violencia, abuso y discriminación en sus países de origen.     

Las vulneraciones pueden comenzar en el proceso de tránsito terrestre, donde la gran mayoría de las personas entrevistadas manifestaron que prefirieron ocultar y/o tratar de disimular su orientación sexual y/o identidad de género para “pasar desapercibidas” o mantener un “bajo perfil” en los diferentes trayectos migratorios, evitando así posibles situaciones de violencia, coerción y abuso por parte de las autoridades migratorias en los puntos fronterizos.  

Las personas transgénero se ven especialmente afectadas por esta situación, ya que esconder la identidad de género auto percibida para aumentar las posibilidades de experimentar un tránsito seguro, afecta negativamente su salud mental, especialmente para aquellas personas que, al no contar con documentación de identidad adecuada y ajustada a su identidad, se vieron en la necesidad de usar una vestimenta y apariencia que coincidiera con sus documentos de identidad nacionales.   

Una vez instaladas en las comunidades de acogida, muchas personas transgénero enfrentaron dificultades para acceder al mercado laboral, por no contar con un documento de identidad de su país de origen adecuado a su identidad de género, hecho que dificulta aún más el ya complejo proceso de integración laboral de personas migrantes y empuja a las personas a realizar oficios riesgosos para la vida y la salud como lo es el comercio sexual, especialmente en la comunidad transfemenina, que en América Latina tiene una esperanza de vida de vida de tan solo 35 años (CIDH, 2022).  

A su vez, diversas personas migrantes especialmente varones gays y mujeres transgénero reportaron que su aspecto físico, gestos, manera de hablar y expresarse les generaron situaciones de discriminación entre los empleadores, especialmente en el sector comercio, que es el que mayor número de puestos de trabajo genera en América Latina y en el que más comúnmente se insertan rápidamente el resto de las personas migrantes. Esto les obligó a ocultar su orientación sexual y/o expresión de género, en aras de poder conseguir medios de subsistencia y de no correr el riesgo de perder un empleo por un despido discriminatorio por motivos de homofobia, lesbofobia o transfobia.     

Adicionalmente, hay otras dificultades diferenciadas que manifestaron enfrentar, relacionadas con el acceso a la vivienda. Por sus escasos recursos económicos, la mayoría de las personas migrantes no tienen la posibilidad de rentar una vivienda unifamiliar, sino una habitación dentro de otra vivienda. Las parejas del mismo sexo manifestaron que era muy difícil conseguir una habitación como pareja, dado que los arrendatarios se muestran renuentes a alquilar a parejas homosexuales, por lo que muchas de ellas se vieron obligadas a ocultar esa dimensión de su identidad, negando su carácter de pareja sentimental y fingiendo que se trataba de dos personas amigas o familiares, limitando cualquier expresión pública de afecto, para evitar ser expulsadas de las viviendas.   

A las vulneraciones de derechos relacionadas con el trabajo y la vivienda, se suman diversas situaciones de violencia verbal y psicológica en el ámbito público a través de los comentarios incómodos, chistes hirientes, hostigamiento, frases denigrantes, fetichizadas, hipersexualizadas y acoso callejero. Todas situaciones redundan en que se generen mayores dificultades para la inserción social de las personas migrantes y para que se puede producir un proceso de migración segura y ordenada.   

SDG 5 - IGUALDAD DE GÉNERO
SDG 10 - REDUCCIÓN DE LAS DESIGUALDADES
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