Autores: Elisa Mosler Vidal y Frank Laczko
Esta semana, países de todo el mundo se reúnen en la ciudad de Nueva York con motivo del primer Foro de Examen de la Migración Internacional (IMRF) y con el objetivo de evaluar el progreso alcanzado en la implementación del Pacto Mundial para una Migración Ordenada, Segura y Regular (GCM).
El GCM parte de la base del lenguaje adoptado por los estados en 2015 cuando acordaron incluir la migración en el marco para el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Los ODS incluyen diversas referencias a la migración, haciendo un llamamiento a los Estados, por ejemplo, para reducir los costos del envío de remesas, reducir la trata de personas y reducir la migración irregular. La Agenda 2030 también pide a los Estados que “faciliten una migración segura y responsable y la movilidad de las personas, a través de políticas migratorias bien planificadas y gestionadas”.
Debido a este vínculo tan estrecho entre la migración, el GCM y los ODS, la OIM decidió preparar un informe, junto a otros organismos y asociados del sistema de Naciones Unidas, para examinar el progreso alcanzado desde 2015 en el logro de las metas vinculadas a los ODS. La publicación incluye contribuciones de parte de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), del Banco Mundial, del Departamento de Asuntos Sociales y Económicos de las Naciones Unidas (UN DESA), de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OECD), del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), de la Organización Mundial de la Salud (OMS), de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), entre otros.
A diferencia del GCM, que consta de 23 objetivos, la Agenda 2030 cuenta con un marco formal de monitoreo con 169 objetivos y 17 metas claramente identificadas. Pero a pesar de este marco, no tenemos idea de si los migrantes están siendo “dejados atrás” en relación a los ODS, y en qué medida.
El marco de monitoreo de los ODS requiere que los Estados informen acerca del progreso alcanzado respecto del logro de las metas de los ODS y ha planteado nuevas demandas a los países para compilar más datos sobre los diferentes aspectos de la migración y el desarrollo. Abajo presentamos algunos de los hallazgos de este nuevo estudio.
¿Qué hemos aprendido?
Primeramente, ha habido claramente cierto progreso en relación a los datos sobre migración y desarrollo. La Agenda 2030 aceleró el desarrollo de una serie de metodologías clave a nivel mundial de modo que estas pudieran ser usadas en todas partes e incluidas en la arquitectura de datos de los ODS. Por ejemplo, el nuevo indicador de la gobernanza migratoria 10.7.2, para el cual ahora hay datos disponibles en un 70% de los países. De igual modo, incluir el indicador 10.7.1 en los costos de reclutamiento ha sido clave para trabajar en pos de una metodología única y globalmente aceptada para la medición del progreso.
Si bien muchas de estas metodologías distan de ser perfectas, se observa una mejoría. Cuando los indicadores de la migración de los ODS fueron adoptados, un par fueron clasificados en el Nivel III, lo cual quería decir que no tenían una metodología o grupo de patrones aceptados internacionalmente. Con el paso de los años, ascendieron a punto tal que a partir de 2022 por ejemplo, dos de cuatro indicadores para monitorear el objetivo 10.7 se encuentran en el Nivel II y dos en el Nivel I.
A veces las metodologías fueron relativamente innovadoras. El indicador 10.7.3, que registra las muertes y desapariciones de migrantes, depende en gran medida de las informaciones periodísticas porque no se cuenta con datos oficiales. Tanto las Estimaciones de Sistemas Múltiples (MSE) y la base de datos conocida como los Datos Colaborativos contra la Trata de Personas (CTDC), que son usados para estimar las cifras de víctimas de trata, utilizan datos administrativos, que raras veces son aprovechados para el monitoreo de los ODS.
También hemos aprendido que se trata de un espacio de gran actividad y muchas organizaciones internacionales y otros actores clave están trabajando para mejorar los datos sobre migración y desarrollo. Desde el Programa Mundial sobre Salud y Migración (PHM) de la OMS hasta los esfuerzos de UNODC para monitorear el tráfico de migrantes, pasando por los diversos programas de la OIM destinados a mapear las diásporas y las necesidades de las personas desplazadas internamente (IDP), hay muchas nuevas iniciativas. Desconocemos cuántas había en 2015, pero es más que claro que hay muchas más en la actualidad.
Sin embargo, queda aún un largo camino por recorrer. Solamente el 55% de los países brindaron datos para los indicadores sobre migración relacionados con los ODS en 2020. Y los migrantes son invisibles en los datos con los que contamos – en ese año (2020), los países desagregaron por estatus migratorios solamente uno de 232 indicadores de los ODS. Hay, en alguna parte, una desconexión entre los avances mundiales con respecto a datos sobre migración y desarrollo, y los avances específicos a nivel nacional.
La capacidad estadística puede también ser un problema. Es difícil obtener datos migratorios oportunos y de calidad; muchos países luchan para generar estadísticas migratorias básicas. A menudo, no es realista o posible para tales países monitorear los temas de migración y desarrollo tal como se ha establecido internacionalmente.
El marco de datos de los ODS puede también representar un problema. Los indicadores sobre migración de los ODS cubren algunas cuestiones clave – como las anteriormente mencionadas y otras –, pero las mismas puede que no sean una prioridad para todos los países. Por el contrario, algunas cuestiones de relevancia son excluidas. Por ejemplo, si bien hay más de 50 indicadores para los ODS sobre salud o relacionados con ella, no hay ninguno relativo a salud y migración. De igual modo, no hay indicadores sobre el cambio climático y la movilidad.
¿Y qué puede decirse del camino por delante?
Los ODS confirieron urgencia a la necesidad de monitorear mundialmente los temas de la migración y el desarrollo y dieron origen a varios avances metodológicos. Sin embargo, lo que conocemos acerca de la migración y del desarrollo en un país promedio es aún, en el mejor de los casos, muy desigual. Si bien los ODS no son de modo alguno la única manera de abordar esta cuestión, ofrecen una oportunidad significativa para tal ejercicio. De modo que nos preguntamos: ¿qué hacer?
- Datos desagregados. La consigna de los ODS es ‘no dejar a nadie atrás’, y con frecuencia los migrantes o sub-grupos de migrantes – como las personas desplazadas internamente o menores no acompañados – son especialmente vulnerables. Para incluirlos en las políticas de desarrollo, primero es necesario contabilizarlos y darles visibilidad. Ello implica desagregar los datos de desarrollo según la condición migratoria, edad, sexo/género, condición de discapacidad y otras dimensiones.
- Uso de datos existentes. Varias iniciativas fructíferas de monitoreo de los ODS aprovechan datos existentes de carácter operativo, administrativo u otros. Para comenzar, debido a la pobre condición de los datos migratorios, usar datos migratorios que ya están disponibles – como por ejemplo los microdatos de censos – en la preparación de informes sobre ODS parecería ser una buena idea.
- Permitir la flexibilidad. Los ODS tienen un alcance mundial, pero para que sean exitosos – tanto en su implementación como en su monitoreo – es necesario que sean traducidos de forma efectiva a nivel nacional y local. Si bien los datos comparables a nivel internacional son importantes, una mayor flexibilidad en los informes sobre los ODS podría alentar mejores resultados, por ejemplo enfatizando a los países que los indicadores proxy que usan fuentes de datos alternativos pueden usarse en los casos en que sea necesario.
Los informes sobre migración y ODS plantean importantes cuestiones acerca del modo en que los marcos de datos mundiales serán diseñados e implementados. Este es un momento propicio para discutirlo. El GCM no cuenta con un proceso de revisión y seguimiento basado en datos, y por el contrario debe apelar en los elementos de la Agenda 2030. En este momento, estos bloques fundacionales siguen siendo inestables.
Se requieren de mayores esfuerzos al objeto de crear retornos positivos para los datos sobre migración y desarrollo de la Agenda 2030. Afortunadamente, muchos proyectos innovadores y diversos, una experiencia variada e impresionante y un interés compartido en hacer esto antes de 2030 significan que estamos en una posición muy conveniente para lograrlo.
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Lea "Migración y los ODS; midiendo el progreso alcanzado - Un volumen editado" aquí.