El espíritu humano prevalecerá: la reconstrucción de las vidas y de la esperanza en Ucrania y Moldova

Photo: IOM 2023

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Por:
  • Ugochi Daniels | Directora General Adjunta de Operaciones, Organización Internacional para las Migraciones

Estoy en Kyiv, por concluir una rápida visita a las operaciones de la OIM en Ucrania y Moldova.   

Anoche las sirenas me despertaron y me fui rápidamente al del hotel. Sí, tuve miedo, pero no es por eso que escribo esto. Ahora tengo una idea de lo que millones de ucranianos y el personal de la OIM han tenido que soportar en estos 18 meses.  

Cuando tuve una imagen clara de la situación me entristecí mucho porque me enteré que dos personas habían fallecido en ese ataque: otras dos vidas perdidas anticipadamente y más familias con sillas vacías en sus mesas.  

Hoy mi visita a Moldova y Ucrania continúa.  

Si bien esta no parecería ser la capital de un país que está en guerra, el fantasma del conflicto bélico está siempre presente. En mi travesía desde Moldova a Odesa, al viajar a través de campos de trigo y girasol rumbo a Kyiv, pude ver de qué manera la guerra había cambiado a Ucrania y a su gente.  

Uno tiene que estar en Ucrania para comprender cabalmente lo que la gente ha tenido que soportar y si bien yo no he ido al este, zona marcada por lo ocurrido, ni a la oscura Mariupol, lo que yo he visto y oído en los últimos días me ha dejado asombrada por el compromiso del país para salir adelante y desarrollarse. 

En las ciudades de Polonia, en los nuevos negocios que los ucranianos están comenzando en Moldova, en mis reuniones con comunidades y funcionarios en Moldova y Ucrania he escuchado constantemente la misma palabra: recuperación.   

Ese es un testimonio de la fortaleza interna de las personas que han vivido y están viviendo los horrores de la guerra. También habla de la determinación de la comunidad internacional y del multilateralismo.

Discusiones con el Ministro de Trabajo y Protección Social de Moldova sobre sistemas que fortalecen el área de protección social y sobre cómo capitalizar la migración para cubrir brechas de capacidades. Foto: OIM 2023

Nos hemos comprometido a no olvidar a Ucrania; nos hemos comprometido a ayudar a que el país y su gente se recuperen.  

Más de 4,7 millones de ucranianos han retornado a sus hogares, 1 millón de ellos desde el exterior. Saben dónde se sienten como en casa y quieren controlar sus futuros.  

Y los estamos ayudando para que puedan hacerlo. Más de cinco millones de personas han podido acceder a asistencia directa de la OIM consistente en provisión de alimentos, agua potable, cuidados de la salud, subsidios en efectivo, apoyo de salud mental, y lo que más importante de todo, la provisión de albergues que incluye la reparación de viviendas.  

Mientras ingresábamos a Kyiv desde Odesa nos detuvimos en Bila Tserkva, que fue blanco de ataques muy violentos el año pasado. Pudimos ver cómo la OIM y nuestros asociados internacionales habían rehabilitado una estación de provisión de agua que prestaba servicio a 250.000 personas, y también cómo habían reparado instalaciones de calefacción y cloacas. Son trabajos así los que ayudarán a los ucranianos a enfrentar el próximo invierno con una dosis de confianza.   

Y visitamos el hospital local, que también sufrió daños importantes a causa de incursiones aéreas. Es uno de los 463 edificios de infraestructura clave que la OIM ha ayudado a renovar.  

Visitando las instalaciones de tratamiento del agua en Bila Tserkva, las cuales recibieron equipamiento muy necesario de parte de la OIM (a la izquierda) y el Hospital de #18 que fue reacondicionado por la OIM (a la derecha). Fotos: OIM

Pero la recuperación no tiene que ver solamente con ladrillos, argamasa, caños y cables.    

Se relaciona también con las personas.   

En Bila Tserkva nuestros programas están entregando subsidios a peluqueros y esteticistas, costureras, contadores y baristas. Estamos ayudando a las personas para que puedan volver a trabajar hoy, pero también para que puedan tener esperanzas de un futuro mejor.   

Nuestro programa de subsidios comerciales han apoyado a 500 pequeñas y micro empresas que se vieron afectadas por la guerra, y ha ayudado a que las mismas pudieran retener más de 4.000 lugares de trabajo y crear más de 1.700 nuevos puestos de trabajo.    

También ayudamos a las personas en Ucrania a curar sus heridas invisibles venciendo el estigma vinculado a procurar apoyo de salud mental, asesoramiento individual y actividades psicosociales de base comunitaria, además de tutelar a profesionales locales de salud mental.

Discusiones significativas con el representante de una instalación de capacitación vocacional que participa en los programas de la OIM sobre medios de subsistencia y de apoyo psicosocial y de salud mental. Foto: OIM 2023

Estoy también pensando en los más de 500.000 ucranianos que han tenido que irse tras la invasión o que están diseminados por toda Europa, por todo el mundo. Eran estudiantes, migrantes laborales, emprendedores y personas a la búsqueda de una vida mejor. Esas personas y otras como ellas tendrán un papel fundamental en la reconstrucción de Ucrania y en su desarrollo una vez que la guerra llegue a su fin, ya que eventualmente terminará.  

Mientras estaba sentada en el bunker esperando que dieran la instrucción de salir, las palabras de una joven madre, una refugiada ucraniana que conocí en Moldova, resonaron en mis oídos. “Esta guerra nos ha unido como nunca nada lo había hecho. Nunca imaginé lo fuertes que podían llegar a ser nuestros lazos, en qué medida podemos llegar a ayudarnos mutuamente”.   

Hay desafíos enormes, se perderán muchas más vidas y muchas más comunidades quedarán devastadas. Y aun así millones de personas estarán trabajando incansablemente para mejorar el futuro de sus familias y apoyar la recuperación de su país. Somos conscientes de eso. Por eso nos quedamos. Por eso es que estoy aquí.  

Un encuentro muy productivo y memorable entre el personal de la OIM y del hospital de Kyiv, Ucrania. Foto: OIM 2023
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