Tal vez podamos perdonarle si usted pensara que el Reino Unido atraviesa una crisis migratoria en estado avanzado. Con el foco de atención puesto todo el tiempo sobre los migrantes que cruzan el Canal de la Mancha en pequeñas embarcaciones, es fácil olvidar que el Reino Unido no solamente se ubica muy por debajo del promedio en lo relacionado con las solicitudes de asilo (en comparación con otros países europeos) sino que también las cifras actuales de solicitudes de asilo están muy lejos de no tener precedentes; lo que en realidad es nuevo y evidente son las formas de llegadas, a bordo de pequeños botes, hecho que tiene una mayor cobertura en los medios.
Estamos siendo testigos también de cifras significativas de muertes en el Canal de la Mancha, lo cual desgraciadamente es una característica cada vez más común en todas las rutas del mundo. De hecho, el Proyecto Migrantes Desaparecidos de la OIM ha identificado 27.000 muertes en rutas migratorias hacia y dentro de Europa desde 2014, siendo la del Mediterráneo Central la ruta migratoria más peligrosa del mundo. Desde al menos la década del 90 las personas han intentado llegar al Reino Unido por vías irregulares desde la costa cercana a Calais, en Francia, ya sea a través del Euro túnel, viajando de polizones en camiones u otros vehículos o a través del Puerto de Calais, en donde intentan abordar transbordadores o usan pequeños botes no aptos para navegación marítima desde otros puntos de la costa de Francia para intentar llegar a Dover u otros puertos del sur de Inglaterra.
Pero en el Reino Unido, el daño se extiende mucho más allá de los confines del viaje. Ha habido un marcado aumento en la cantidad de muertes en los lugares de alojamiento de los solicitantes de asilo. Se han documentado condiciones inhumanas en los centros de recepción, en tanto que 200 menores no acompañados solicitantes de asilo han desaparecido en los lugares de alojamiento.
Lo que no tiene precedentes, sin embargo, es el discurso público negativo y hostil. Y lo que raras veces se dice es que en Gran Bretaña es significativo que tal retórica no esté en sintonía con la opinión pública. En años recientes las actitudes públicas en torno a la inmigración en Reino Unido no solamente se han vuelto más tolerantes, equilibradas y pragmáticas sino que también son mucho más positivas.
Mientras la narrativa política negativa aumenta, crece la preocupación por la seguridad de los migrantes
Las palabras importan puesto que tienen consecuencias en el mundo real. La retórica hostil provoca todo tipo de daño.
En noviembre se arrojaron bombas incendiarias sobre un centro de procesamiento de la inmigración en Dover, y más recientemente, escenas de desorden violento y protestas contra migrantes tuvieron lugar fuera de los hoteles que alojaban a solicitantes de asilo en Knowsley, como así también en otras áreas del Reino Unido.
Recientemente, expertos en Derechos Humanos de Naciones Unidas advirtieron acerca de las declaraciones públicas engañosas que han cuestionado la credibilidad de las víctimas de trata y las formas de esclavitud moderna. Si hay reclamos exagerados de abusos, los mismos pueden erosionar la empatía de la gente hacia las víctimas de violaciones a los derechos humanos y – tal como lo destacaran los Relatores Especiales de Naciones Unidas – esos reclamos pueden derivar en ataques contra los migrantes y solicitantes de asilo.
La actitud cada vez más positiva de la gente en Gran Bretaña
La retórica cada vez más tóxica y el medio ambiente hostil en realidad no reflejan las actitudes y preferencias de la gente en Gran Bretaña. De hecho, el Reino Unido cuenta con una parte relativamente alta de su población que responde positivamente cuando se le pregunta si la inmigración hace que el Reino Unido se convierta en un mejor o peor lugar para vivir. Y de acuerdo con las tendencias en muchos países europeos, las actitudes positivas sobre esta cuestión han estado aumentando de forma pareja en las últimas dos décadas.
Tendencias positivas similares pueden observarse en otros datos surgidos de encuestas. Hemos sido testigos por ejemplo de un aumento importante en la cantidad de encuestados que creen que las capacidades y el trabajo de los inmigrantes son necesarios para la recuperación económica del Reino Unido.
Y el Reino Unido acaba de ascender al primer lugar en una tabla de una liga internacional como el país que más acepta la inmigración, siendo también el que menos desea imponer límites estrictos a los extranjeros que ingresan. Los investigadores que han analizado los datos de la Encuesta Mundial de Valores de 2022 han descubierto también que el 70 % de los participantes en esa Encuesta en Reino Unido sintió que la inmigración fortalece la diversidad cultural (estando en segundo lugar tras Canadá), siendo la gente de Gran Bretaña la que posiblemente menos sienta que la inmigración viene a agravar el desempleo o a aumentar los índices de delincuencia.
Las actitudes hacia los solicitantes de asilo y refugiados
Si bien las actitudes hacia la inmigración son en general fuertemente positivas (tendencia que es cada vez más fuerte), hay también una mayor preocupación pública en torno a la cuestión de los solicitantes de asilo que cruzan el Canal. En particular, el fracaso de detener las llegadas de pequeñas embarcaciones es una de las razones principales de la insatisfacción con el Gobierno. YouGov data nos brinda una pintura con puntos de vista mucho más negativos acerca de las personas que cruzan el Canal en comparación con otros migrantes.
En algunos aspectos, esto no sorprende. Sabemos que las preocupaciones de las personas pueden ser ‘capturadas’ con gran facilidad y que la migración puede convertirse en una problemática muy destacada en tiempos de atención exacerbada por parte de los medios y de los políticos. Prueba de esto ha sido la campaña del Brexit, que sin duda se ha salido del ámbito de alcance del radar tras el referendo. Y como lo muestran los datos de YouGov, la prominencia ha ido aumentando marcadamente – llegando a un 37% en noviembre de 2022 – lo cual posiblemente ha ocurrido por la atención dispensada a los cruces de pequeñas embarcaciones, si bien está muy lejos de los niveles alcanzados en el período 2015-16.
Pero lo que también queda claro de acuerdo con datos recientes de las encuestas es que – al margen de las discusiones sobre las pequeñas embarcaciones y el Canal de la Mancha – la gente en el Reino Unido ha demostrado un fuerte apoyo (75%) al principio de protección de los refugiados, y solamente un tercio de esas personas prefieren políticas centradas en la disuasión. Adicionalmente, casi la mitad (47%) de los encuestados manifestaron su apoyo a políticas tales como las que permiten que se hagan reclamos por asilo fuera del Reino Unido (por ejemplo en las embajadas británicas o bien ofreciendo un nuevo tipo de visa), en tanto que solamente un 20% se oponía a tales medidas alternativas. Y en el caso de que lo olvidemos, si bien existe claramente una controversia pública en torno al tema de los pequeños botes, el análisis de los datos del Ministerio del Interior muestra que no queda duda alguna de que la mayoría de quienes llegan por esta vía son personas refugiadas.
La gente en Gran Bretaña ha también manifestado un apoyo muy fuerte (81%) en cuanto a permitir que los solicitantes de asilo trabajen 6 meses en su proceso de solicitud en lugar de los actuales 12, una política que fuera reclamada por mucho tiempo y que según se ha demostrado ofrece numerosos beneficios fiscales y económicos.
La necesidad de narrativas mucho más equilibradas y de políticas basadas en evidencias
El tipo de lenguaje que se usa en los espacios públicos en torno a la migración importa enormemente. Ese tipo de lenguaje puede provocar mucho daño porque puede llegar a ser el combustible de violencia en la comunidad que llevará a políticas mucho más duras (y con frecuencia más costosas y poco efectivas). Lo que se necesita con suma urgencia en el Reino Unido es una narrativa mucho más equilibrada y más políticas migratorias basadas en evidencias. Y dependerá de todos nosotros garantizar una narrativa pública mucho más equilibrada. La provisión de datos y hechos precisos es el punto de partida básico, haciendo la salvedad de que un enfoque limitado solamente a cifras puede manipularse con gran facilidad atizando el temor y la incertidumbre. Hemos aprendido la gran importancia de difundir historias centradas en lo humano para poder llegar con ellas a los corazones de las personas, a sus emociones, por medio de la promoción de mensajes basados en valores.
El respeto fundamental por los derechos humanos debe seguir ocupando un lugar central en nuestras narrativas y políticas – con independencia de su estatus, cada persona en movimiento tiene derecho a que sus derechos humanos sean protegidos. Los derechos humanos no son ‘ganados’ por el hecho de ser una víctima o un héroe sino que es algo que les corresponde a todas las personas, con independencia de su origen, edad, género o condición. Ha llegado la hora de volver a equilibrar la narrativa y sin duda alguna, escuchar a la gente de Gran Bretaña que sin duda alguna ya está lista para mantener debates menos polarizados y encontrar soluciones que sean más constructivas.
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Este blog fue originalmente publicado en el sitio de internet del ODI.
Contribuyeron al mismo: Anna Bailey-Morley (ODI), AbirSoleiman (OIM Reino Unido)