Por Maureen Achieng, Jefa de Misión de la OIM en Etiopía y Representantes de la Unión de África y ante la UNECA.
Está surgiendo una nueva narrativa sobre la migración en África. La misma desafía y desmiente percepciones y mitos comúnmente sostenidos acerca de la migración y los migrantes en ese continente, revelando que la mayor parte de las personas no cruza mares y océanos al momento de emigrar sino más bien cruza fronteras terrestres en la búsqueda de una mayor prosperidad.
De hecho, un 94% de las personas que atraviesan mares y océanos desde países africanos para llegar a otros destinos lo hacen por medio de canales regulares. De acuerdo con el primer “Informe sobre Migración en África” de la historia, estas personas son mayormente viajantes de negocios y estudiantes, que toman aviones y pasan a través de aeropuertos y de fronteras terrestres oficiales. El informe revela una realidad desconocida y raras veces informada – que la migración africana se da predominantemente dentro del continente africano, contrariamente a la impresión a menudo horrorosa, dramática y sujeta a sensacionalismos de que la migración irregular desde África se da a través del Mar Mediterráneo.
También ha dejado al descubierto que los africanos solamente representan el 14% de la población migrante total, los asiáticos representan el 41% y los europeos, el 24%.
Abordaje de las distorsiones
Se ha publicado un informe sobre la migración específico sobre África a fin de poder abordar distorsiones claves que siguen siendo la característica preponderante del discurso público sobre la migración africana – siendo tal informe la culminación de casi tres años de trabajo colaborativo entre la Organización Internacional para las Migraciones, que es el Organismo de las Naciones Unidas encargada de la Migración, y la Comisión de la Unión de África. El informe fue publicado en octubre y allí se debaten cuestiones que van desde el trabajo y el medioambiente hasta la infancia y los derechos humanos. Busca apuntalar la agenda sobre migración en África hacia el desarrollo y la integración continental.
En pos del objetivo declarado de desafiar las falsas narrativas en torno a la migración en África por medio de hechos y datos concretos, es importante destacar tres puntos y desafíos claves:
El primero es que la migración en tanto disciplina académica no está bien establecida en las instituciones académicas de altos estudios en el continente. Los pocos investigadores africanos que se encargan de temas migratorios están a su vez muy influenciados por el pensamiento de los puntos de vista académicos dominantes en la materia, y por consiguiente los mismos influencian la visión y la dirección de los legisladores africanos.
El resultado es que las perspectivas sobre la migración que no son africanas son con frecuencia trasladadas a África, obligando al continente a visualizar la migración y la movilidad a través del prisma de un problema que parecería ser inflexible en lugar de considerarlo como la realidad de la vida que de hecho es, una realidad que – si es bien encauzada – podría llegar a beneficiar tanto a los países remisores como receptores de migrantes, y a los mismos migrantes.
En segundo lugar, si bien las políticas que la UA ha publicado en el curso de las últimas dos décadas describen un órgano político continental que es muy progresivo en su pensamiento y en su perspectiva sobre la migración, la implementación de estas políticas por los Estados Miembros muestra una tendencia a quedarse rezagada. La revisión del Marco de Políticas sobre Migración para África en 2018 brinda la oportunidad de que la UA y sus Estados Miembros reconozcan la importancia de contar con políticas y marcos institucionales sólidos para gestionar la migración de forma más efectiva como un componente clave del desarrollo en lugar de considerarla como un problema en llamas que debe solucionarse.
Los marcos de políticas y las posiciones sobre la migración adoptadas por la UA están comenzando a demostrar que están absorbiendo los conocimientos que emanan de las reformas y prácticas en materia de políticas a nivel nacional, y si las mismas son totalmente implementadas, tienen el potencial de transformar la gobernanza de la migración en el continente.
Si hay algo que la reciente adopción del Acuerdo para el Establecimiento del Área Continental Africana de Libre Comercio y del Protocolo para el Tratado que establece la Comunidad Económica Africana relativa al Libre Movimiento de Personas, del Derecho de Residencia y del Derecho de Establecimiento de la UA nos dicen es que hay un consenso generalizado, cada vez mayor entre los estados miembros de la UA, respecto de que la migración es una parte integral de la agenda de integración y desarrollo continental.
Y tercero, y esto a pesar de la existencia de innumerables diálogos sobre migración y mecanismos de cooperación entre Estados en el continente, no existe una cooperación activa y continuada ni los países comparten información migratoria. Esto a su vez impide la compilación de datos significativos y comparables que podrían brindar información a los legisladores respecto de las tendencias continentales y de tal modo ayudar a asegurar una relevancia ininterrumpida y una aplicabilidad de las decisiones en materia de políticas a nivel continental y regional a las realidades nacionales.
Desde el año 2000, África ha hecho progresos tremendos en cuanto a generar diálogos sobre migración en el continente. Sin embargo, existe aún la necesidad de que se hagan mayores esfuerzos para asegurar que esas plataformas de diálogo sobre migración congreguen a los legisladores africanos del ámbito de la migración para sostener deliberaciones sostenidas que deriven en un marco práctico de cooperación, sobre la base de una cultura de información y de datos compartidos.
Un enfoque africano ante la migración
Los datos contenidos en el informe — y esta nueva narrativa — tienen el potencial de avanzar en la Agenda para la Migración en África tal como fuera articulado en los marcos de políticas migratorias y principios rectores de la UA. Se espera que sirvan también de catalizador para sostener diálogos francos y para dar forma al discurso actual acerca de cómo debería ser un enfoque africano de la migración y que esta conversación a su vez comience a acelerar el cambio en las políticas sobre migración en África para de tal modo asegurar acciones generadoras de cambios.
Las legítimas preocupaciones acerca de la migración irregular desde África hacia otras regiones del planeta, tales como las vinculadas a la seguridad, deben ser organizadas y tenidas en cuenta. Pero para hacerlo no es necesario sacrificar los intereses de África que están vinculados a más del 80% de los africanos que están moviéndose constantemente en el continente.
En última instancia, un enfoque africano de la migración deberá antes que nada proteger a la gente de África. Debe proteger a los millones de personas que han sido forzosamente desplazadas por los conflictos y los desastres y debe crear oportunidades para una solidaridad panafricana más que poner más presión sobre esas personas. No endurecer las fronteras sin antes hacerse las preguntas adecuadas acerca de quiénes serán los más castigados. Los siglos de movilidad, solidaridad y conexión no serán tratados como una patología, sino que por el contrario los mismos deberán incubarse y modernizarse de modo tal de responder de mejor manera a los desafíos del mundo actual.
Un enfoque africano de la migración no pone el foco en los comerciantes transfronterizos, muchos de ellos mujeres, sino que lo que ve es un problema por resolver. Ve la ingenuidad, la resiliencia, la creación de políticas internas sólidas, y un enfoque que sea una promesa para el continente considerado como un todo.
Este artículo fue originalmente publicado en Devex.